Vidina Espino y Onalia Bueno, Candidatas al Parlamento de Gran Canaria por Coalición Canaria
Ya lo decía Alfonso Guerra, “los políticos de ahora son peores”, y lejos de opiniones subjetivas o filias y fobias personales – o no tan personales – no se entiende lo que está pasando en Canarias a nivel político. No es que no se sepa que aquí se negocian puestos desde hace mucho tiempo, eso se sabe y es palpable, pero jamás se había hecho con total impunidad y falta de tacto.
Coalición Canaria presentará al Parlamento de Gran Canaria a dos figuras políticas tremendamente controversiales: Vidina Espino y Onalia Bueno.
La primera fue nada más y nada menos que la Candidata de Ciudadanos a la Presidencia del Gobierno de Canarias en las pasadas elecciones, apareciendo en todos los medios de comunicación que le dieron amplitud a sus criterios, argumentando que era necesario un cambio para Canarias porque un tal Fernando Clavijo era una persona que no sabía gestionar nuestros recursos y un montón de cosas más que, curiosamente, ahora dice de Ángel Victor Torres con. La casaca del equipo al que criticaba… ¿Se entiende? No, ni falta que hace. Y es que en política, lo único que es condición sine qua non para ser parte del circo, es querer que no falte un buen sueldo fijo mensualmente. Es lícito, pero moralmente cuestionable.
Por otro lado nos encontramos con Onalia Bueno, Alcaldesa del municipio de Mogán e investigada en varias causas. Aún así, Pablo Rodríguez ha decidido que era una buena opción para llevarla como número tres, porque… No sé, sus razones tendrá.
Lo cierto es que deprime el clima político, porque ya les digo yo que si el ostentar un cargo público fuera no remunerado aquí no quedaba ni el apuntador, pero claro, por la plata baila el mono, la mona y les mones, que no se me ofenda nadie.
Es triste pensar que las ideologías terminan cuando lo hace el dinero, y que cambiar de A a B es tan sencillo como una llamada telefónica que le dé opción a un cargo y a unos cuantos miles de euros que pagamos todos los contribuyentes. El pueblo merece políticos con mayor amplitud de miras, pero sobre todo, más honestos y defensores de unos valores que nos hacen creer que tienen, pero que a la postre, si le escapan de las manos como un puñado de arena de playa.
Seguramente tenemos lo que nos merecemos, porque quien primero debiera protestar es el votante de CC, el de siempre, pero no tiene pinta que eso vaya a ocurrir.