Reconozco que Tacoronte es uno de esos municipios a los que les guardo un gran cariño, debido en gran parte en que he pasado mucho tiempo paseando por sus calles en Navidad, disfrutando de sus cafeterías y restaurantes, incluso, sacándome el carnet de conducir. Era una auténtica maravilla disfrutar de la antigua Plaza de La Estación – Dios la tenga en su gloria -, con su mercado en la parte baja, ese olor a carne estupendo que desprendía el negocio del amigo Jose y su familia de Carnicería Marichal, e incluso, comprar esos detalles que no encontrabas en ningún lado, pero que en Bazar Amadeo (Valkiria) sí que estaba porque tenían de absolutamente todo. Se respiraba “pueblo”, familiaridad, buen trato…
La Navidad tacorontera era aún mejor, pues se engalanaban las calles, ya de por sí con vida, y el tránsito de visitantes era impresionante. Amigos de todos los municipios aledaños iban hasta Tacoronte para vivir intensamente la Navidad, con unos negocios repletos de luz y color, y con un espíritu navideño que rezumaba de cualquier esquina. Daba igual si habían o no centros comerciales, daba igual si encontrabas el mejor precio o no, todo eso era secundario, porque tú como vecino querías vivir la Navidad en Tacoronte.
Y así con cada campaña… Un día de la madre dónde no sólo comprabas tus regalos en la zona comercial, sino que además invitabas a mamá a desayunar en una terracita, o bien, la invitabas a comer en sus restaurantes, algunos de gran solera incluso, a nivel insular. Un día de San Valentín dónde el mejor regalo, el más original, estaba en Tacoronte. Sea cual fuera tu necesidad, Tacoronte tenía la tienda perfecta, y por supuesto, se respiraba un ambiente comercial que parece haberse difuminado en el tiempo.
Hoy día, a mi Tacoronte querido me lo han cambiado. Tengo la sensación de que si esto fuera una película, una saga, Tacoronte es mi protagonista y el actor o actriz que le daba vida fue liquidado de la serie, colocando a un sustituto sin gracia ninguna y sin capacidad de contagiar lo más mínimo. ¿Qué ha pasado en tan bonito pueblo para que todo cambiara tanto en apenas 15 años?¿Qué ha sucedido para que pasara de ser un pueblo referente en el ámbito comercial a convertirse en un pueblo dormitorio en el que nadie quiere apostar?
Tengo que ser sincero, claro y directo, LA MALA GESTIÓN MUNICIPAL. No hay otra respuesta, no existe otra explicación factible para tal despropósito, y además, los hechos han dejado a las claras que se han cometido grandes errores, algunos de ellos por caprichos políticos que han dejado al municipio en una situación muy delicada. Ya en su momento, cuando Álvaro Dávila tomó la decisión de hacer de sentido único la vía principal, sabiéndolo o sin saberlo estaba firmando la muerte del comercio de la zona comercial de la “estación de Tacoronte”. Cuando habían dos carriles, el número de coches era inmensamente superior al que se vive hoy día, y es lógico… Lo que carece de lógica es que todo aquel que viene desde El Cantillo, se vea obligado a tomar la vía del Mercado Municipal (que entiendo que por eso lo gestionaron de esa manera) y al enlazar en la principal, prácticamente ya esté fuera de la zona comercial. Qué bonito era antes, que pasabas en cualquier dirección y podías disfrutar de todos los comercios, y si querías, pues bajabas y hacías lo propio…
Lo de la Plaza de la Estación es harina de otro costal. No sé quién fue el brillante ingeniero al que se le ocurrió hacer una plaza en pendiente, ¿qué niño quiere jugar a la pelota en un lugar dónde la pelota corre peligro de saltar a la carretera?¿Qué padre en su pleno juicio así lo permite, igualmente? La plaza es mero testigo del deterioro comercial de un lugar, que lejos de ser un referente comercial, se ha convertido en un auténtico desierto, especialmente los fines de semana. Los negocios se quejan – y llevan mucho tiempo quejándose – de la nula dinamización comercial, y estas Navidades ha vuelto a quedar reflejado este hecho. Tanto es así, que por mucho que se haya querido, por más que se haya buscado unión entre los empresarios para ejercer presión, al final el resultado es el mismo. Tacoronte el fin de semana no tiene vida, y desde el sábado a mediodía hasta el lunes en la mañana, poco se puede hacer que no sea dormir. ¡Qué te han hecho, con lo que tú eras!
Tanto es así, y esto que sirva a modo de anécdota, que en Noviembre de este año quisimos realizar un evento solidario a beneficio de la Asociación Buzonito Feliz – que lleva años solicitando un local, que son un orgullo para el municipio, y que siguen teniendo la callada por respuesta-. Gracias a la gestión de su Presidenta, nos cedieron la plaza, no sin solicitarnos ocho mil documentos, e incluso, referirnos a un plan de seguridad de más de 100 páginas. Con toda la documentación presentada, y el evento en curso, nos encontramos una publicación en Facebook en la que el Ayuntamiento hace suyo un evento en el que ni siquiera tenía idea de lo que iba a pasar, pues nadie de la corporación se puso en contacto con los organizadores, que en este caso éramos tres empresas, tres familias que pusimos todo nuestro esfuerzo en que saliera adelante, con la colaboración de artistas y de algunos empresarios del municipio que quisieron formar parte.
Por si fuera poco, el día del evento, tan sólo nos abrieron la puerta del subterráneo de la plaza, con una toma de corriente insuficiente, y sin la presencia de absolutamente nadie de la corporación, más allá de una técnico que vino, abrió y se fue. La invitación personal al propio Alcalde (vía whatsapp) quedó en aguas de borrajas, porque no obtuvo siquiera respuesta, nadie del Ayuntamiento se presentó para disfrutar del evento, para apoyar a su gente, a sus familias más necesitadas que es para quién se hacía esta recaudación… Nadie. Y además, tuvimos que encontrarnos con la desagradable situación de tener que llamar a la policía por un caso de violencia en el que uno de nuestros compañeros tuvo que interceder, y posteriormente, tuvo que soportar insultos y amenazas durante gran parte del evento por parte de una persona que, desde luego, no representa al municipio ni a mi gente de Tacoronte. Una lástima que quien único acudió a mostrarnos su apoyo fue Ciudadanos, quiénes además no dudó en llevar su aportación de juguetes. Gracias a Ciro y a Benito por, al menos, representar al Ayuntamiento de Tacoronte con su presencia.
Retomando el análisis, el mercado “de calle” ha desaparecido, y han sumido a los empresarios en la depresión de verse dentro de un edificio, en su mayoría vacío, y sustentado en número de visitas por un Hiperdino que, además, tiene acceso desde la calle, por tanto, no genera venta cruzada a ningún establecimiento porque, si se quiere, se entra y sale del supermercado sin mirar nada más. Negocios como la ya citada carnicería, siguen teniendo sus clientes, pero ese ambiente “de calle”, de pueblo, se ha perdido y nada tiene que ver con lo que era antaño.
Una lástima, y créanme cuando les digo que me duele ver así a un municipio al que quiero, que durante muchos años ha sido referente, y cuyo encefalograma plano se escucha desde cualquier rincón de la isla, menos desde el Ayuntamiento que continúa haciendo caso omiso a las peticiones de sus empresarios. ¿Quién invertiría en Tacoronte hoy en día? Por desgracia, nadie, porque el potencial de la localidad y de sus zonas comerciales va más allá de quién está sentado en sus asientos de mando, y por supuesto, los empresarios y vecinos merecen un respeto infinitamente mayor del que se las ha dado durante estos últimos años.
Sólo espero que en algún momento, alguien tome el poder y trabaje para que Tacoronte vuelva a ser lo que era, y si necesitan ayuda para ello, estoy seguro que tanto vecinos como empresarios estarán de su lado para trabajar por una regeneración comercial muy necesaria.